El branding y las paletas de color

En nuestro blog nos gusta profundizar sobre todos los temas relativos al diseño y la creación de identidades visuales y por eso, hoy queremos comentar otro de los elementos que forman parte del universo visual de las marcas: el color.

En branding el color tiene un gran peso conceptual porque, como todos sabemos, los colores son capaces, por sí solos, de expresar muchas cosas. Las tonalidades oscuras evocan seriedad y rigurosidad, mientras que las tonalidades claras evocan expansión y dinamismo. Aún sin quererlo, al percibir colores concretos evocamos conceptos.

Un ejemplo: el verde inspira naturalidad, bienestar, vida y salud e incluso, la psicología del color, nos dice que también inspira equilibrio y tranquilidad. Por tanto, es cierto que los colores de las marcas son un mensaje no explícito y que, eligiendo uno u otro, podemos influir en su percepción.

Un color especial, una marca especial

En el proceso de creación y diseño de un logotipo o de un símbolo se decide su color protagonista. Esta decisión tiene peso y es importante ya que será la tonalidad que represente a la compañía, es decir, su color principal y con el que sus públicos le relacionarán siempre.

Por ejemplo, relacionamos con rojo a Vodafone, con morado a Cadbury, con azul a Facebook y con marrón a UPS. Pero, elegir este color requiere analizar varias cuestiones. Entre otras, es importante valorar los colores de la competencia, analizar qué evocaciones tiene cada color tal y cómo os explicábamos al principio de este post y, por último, es fundamental buscar un color original que ayude en la legibilidad del logotipo pero que sea memorable para sus públicos.

Respecto a la originalidad del color, creemos que dos buenos ejemplos son Tiffany&Co con su ya mítico el azul verdoso y Ferrari, con su vibrante color rojo. Además, estos dos ejemplos nos muestran que, si en origen se elige bien el color protagonista de una marca, este será un elemento de la identidad sólido que le acompañará siempre.

Branding

El mítico azul verdoso de Tiffany&Co y el llamativo rojo de Ferrari tienen fórmulas secretas lo que les aporta exclusividad a ambas marcas. Así que, lo sentimos, sabemos que te gustan pero es imposible conseguir estos colores.

Colores principales y secundarios

Si bien los colores de los logotipos son los actores principales de las marcas, lo cierto es que una identidad visual no se puede articular solo con ellos. Por eso, las compañías diseñan y desarrollan paletas de color en las que hacen su aparición los colores secundarios. Su función es acompañar y completar al color principal ayudando a articular la comunicación de la marca.

Las paletas de color corporativas pueden ser más o menos amplias algo que depende de las necesidades de cada compañía. Para ilustrar esta afirmación nos ayudamos del ejemplo de Skype, que tiene dos colores principales.

El primero, como no puede ser de otra manera, deriva de su logotipo y es el Skype Blue y el segundo, el gris que usa para titulares y textos y que llaman Skype Text. Además, su paleta de color tiene cuatro colores que son Skype Yellow, Skype Green, Skype Orange y Skype Purple.

Según su manual de identidad visual, estos colores sólo se pueden usar en los arcoíris que caracterizan a la compañía, de tal manera que el lenguaje de Skype es serio cuando articula mensajes en azul y gris pero colorido y optimista cuando añade sus arcoíris de colores vivos.

La paleta de color de Skype se reconoce porque los colores que la componen son puros y luminosos. Los colores secundarios tienen una excelente combinación con el color principal Skype Blue porque, otras de las características básicas de cualquier paleta de color corporativa es que todos los colores que la compongan formen un conjunto armonioso.

Branding

El color como factor clave

Los logotipos y sus colores forman un conjunto inseparable y casi podemos afirmar que, muchas de las marcas que habitan en nuestro entorno, se reconocen antes por su color que por su forma. Algunos datos apuntan a que el color ayuda en un 80% al reconocimiento de una marca, lo cual nos ayuda a entender la importancia de este factor.

Sin embargo, el color también conlleva un pensamiento creativo que no podemos olvidar. La originalidad que aporta la unión del color y la forma son indiscutibles y ambos, unidos, ayudan a expresar algo tan difícil como es la filosofía de toda una corporación.

Por tanto, su elección no es una decisión frívola, fruto de una moda o tendencia, sino una decisión meditada y, como nos gusta a los diseñadores, creativa.