9 razones para cambiar el nombre de tu empresa o producto

El nombre es lo primero que perciben los consumidores de una empresa o de un producto y, aunque solemos verlo como algo inmutable, lo cierto es que no es así. Hay ocasiones en las que es recomendable hacer un cambio.

Hay muchas razones para cambiar un nombre comercial, como vamos a ver a continuación, y te sorprenderá conocer algunos ejemplos de empresas muy reconocidas que empezaron llamándose de una forma diferente.

¿Te suena Hungry Jack’s? Seguramente no, pero sabrás de quién estamos hablando si te decimos que ahora se llama Burger King. Y lo mismo con LYNX, que ahora es el popular desodorante AXE.

¿Qué es un cambio de nombre de empresa?

Cambiar el nombre de una empresa implica hacer cambios a nivel legal, reformando los estatutos y la inscripción en el Registro de la Propiedad. Lo que se suele hacer en estos casos es más bien un rebranding.

Es una estrategia de marketing que modifica de forma total o parcial los elementos que identifican a una marca, entre ellos su nombre. Con la finalidad de mejorar su posicionamiento en el mercado.

Veamos nueve poderosas razones que pueden llevar a una empresa a cambiar su nombre o el de sus productos.

La empresa está vinculada con otra

Suele ocurrir después de un procedimiento de fusión empresarial. En este caso, la unión de varias empresas da lugar a una nueva entidad que renace en el mercado con una nueva identidad.

En España es muy conocido el caso de Carrefour, marca que surgió tras la unión empresarial de Pryca y Continente. A día de hoy, la marca francesa es tan conocida que casi hemos olvidado a sus predecesoras.

La empresa se ha expandido

Hay denominaciones que pueden funcionar muy bien en un lugar y no hacerlo tan bien en otro sitio. Por eso, cuando una empresa se expande fuera de las fronteras nacionales, es normal que tenga que hacer algunos ajustes en su nombre.

Todos conocemos el Mitsubishi Montero. Sin embargo, esta denominación solo se utiliza en España y en América Latina, porque el nombre original de este coche es Mitsubishi Pajero (por el Leopardus pajeros).

La denominación original de este modelo podía tener connotaciones negativas en los países de habla hispana, y por eso se decidió cambiarlo.

El producto es más conocido que el nombre de la empresa

En ocasiones, un producto se hace tan popular que se “come” al nombre de la marca. En estos casos, es aconsejable cambiar la denominación de la marca por la del producto, que es lo que hizo Crayola.

Binney y Smith popularizó a nivel mundial sus tizas y pinturas comercializadas bajo la denominación Crayola. Tanto, que al final la gente no conocía el nombre de la marca que estaba detrás. Por eso, esta decidió cambiar su denominación y desde entonces es Crayola.

Se parece al nombre de un competidor

Aunque las marcas no vendan lo mismo o se trate de productos muy diferentes entre sí, tener nombres similares a otros que ya están en el mercado puede causar confusión en los consumidores.

En un caso de este tipo, lo más sencillo es cambiar la denominación a fin de conseguir que la marca o el producto destaque entre el resto y no sea confundido en ningún caso.

Es demasiado complicado para los clientes

El nombre de la empresa tiene que ser atractivo y sencillo, fácil de recordar. Un nombre corto permanece en la memoria mucho más tiempo. En cambio, un nombre largo o complejo resulta casi imposible de recordar pasado un tiempo.

Así, Mallory Battery acabó cambiando su denominación por Duracell, que es un nombre más corto y mucho más fácil de recordar.

El nombre tiene mala reputación

Una grave crisis de reputación puede acabar con cualquier empresa. Sin embargo, también están aquellas que deciden renacer de sus cenizas e intentarlo de nuevo y, para ellas, su nombre puede convertirse en un lastre.

Porque la gente siempre lo asociará con algo negativo. Por ejemplo, Windscale era un gran complejo de almacenamiento de productos químicos y reactores nucleares, que en 1957 sufrió un escape de radiación.

La empresa decidió cambiar su nombre por el de Sellafield para alejarse de ese evento y poder seguir operando en el mercado.

La denominación se ha pasado de moda

Las empresas están hechas para durar en el tiempo, pero los nombres pueden ir quedándose antiguos a medida que cambian los gustos de los consumidores.

Por ejemplo, hace tiempo Diversified Multimedia cambió su nombre por Bamboo Technology, que tiene un aire mucho más actual e incluso evoca cierto toque de sostenibilidad.

El nombre es muy común

La denominación de la empresa debe ser suficiente por sí sola para hacerla destacar entre el resto. Si el nombre elegido es demasiado común, será muy complicado que esto llegue a ocurrir. En estos casos, es más inteligente buscar una nueva fórmula.

El nombre está asociado a un lugar geográfico

Hace mucho tiempo que Kentucky Fried Chicken pasó a llamarse KFC. Además de por otras razones, para poder seguir creciendo a nivel internacional, la empresa ha tenido que dejar de asociarse directamente con un determinado lugar.

 

Si tu empresa o producto se encuentra en alguna de estas circunstancias, es momento de empezar a pensar en un cambio de denominación. Si trabajas bien el naming, los beneficios crecerán rápidamente, como ocurrió en todos los casos que hemos visto.