
Ya hemos hablado en nuestro blog sobre el diseño de packaging y hoy queremos retomar este tema para profundizar en su impacto medioambiental. Porque lo cierto es que diseño de envases era, hasta hace relativamente poco, el diseño de residuos.
Sabemos que esta es una afirmación rotunda pero, nuestra visión es optimista y, en este post, vamos a acercarnos a diseñadores y marcas que luchan por romper la dinámica contaminante del packaging buscando soluciones creativas, nuevos materiales y, lo más importante, una nueva mentalidad.
Historia de una botella
El plástico usado para las botellas de agua es el llamado PET (tereftalato de polietileno), un polímero que pertenece al grupo de los poliésteres y que fue producido por primera vez en 1941. Entre sus muchas características está su buena resistencia química y térmica.
También su efecto barrera contra el CO2, el O2 y la humedad y, lo que más interesa en este caso, es un material que puede estar en contacto con alimentos.
Pero no todas las características del PET son positivas ya que no es biodegradable –si bien, puede ser degradado mediante procedimientos químicos–, lo que provoca que las botellas de agua pervivan en el tiempo, acarreando claros efectos nocivos y contaminantes.
En 2010 los océanos recibieron ocho millones de toneladas de plástico y, aunque la educación y la concienciación de la sociedad sobre la importancia del reciclado ya es una realidad, esta cifra abrumadora aumenta cada año.
Y, dado que el uso de materiales no biodegradables en envases nos aboca a trágicas consecuencias en un futuro no muy lejano, muchos diseñadores e investigadores se esfuerzan por cambiar esta tendencia.
Entre muchos ejemplos, encontramos la iniciativa del estudio holandés Join the Pipe que promociona el consumo de agua corriente para frenar los residuos plásticos que devienen del consumo de agua embotellada.
Su iniciativa tiene varios planos de acción, desde el diseño de fuentes para facilitar el acceso al agua potable (ya se han implementado 450 en ciudades de Bélgica, Países Bajos y Alemania), hasta el diseño de Water Kiosks (kioskos de agua) que acercan el suministro de agua potable a poblaciones en vías de desarrollo que debían conseguir agua embotellada a diario.
Por último, Join the Pipe también ha diseñado unas curiosas botellas para llenar con agua del grifo producidas con plástico libre de BPA. El uso diario de estas botellas, evita el uso indiscriminado de botellas producidas con PET y por tanto, su impacto en el medio ambiente es cero.
El diseño de las originales botellas de Join the Pipe recuerdan con su forma a las tuberías porque el sueño de este estudio holandés es crear una línea de agua, a modo de tubería kilométrica, para proporcionar a todo el mundo agua potable.
El envase más sostenible es eliminar el envase
Los diseñadores y los clientes estamos concienciados de que los procedimientos y materiales que empleamos en el diseño de packaging deben atender a las necesidades del medio ambiente.
Pero lo cierto es que, todo envase, aún biodegradable, produce un residuo en el planeta. Por eso, ha nacido una nueva tendencia que para nosotros tiene sentido y que consiste en superar el modelo de venta actual que requiere que todo producto tenga un envase.
De esta manera, se propone eliminar, tanto cómo sea posible, el packaging asociado al producto para volver al modelo de venta del siglo pasado en que se adquirían productos a granel.
Y, un ejemplo de este modelo es el supermercado alemán Original Unverpackt.
Las alemanas Sara Wolf y Milena Glimbovski se dieron cuenta del absurdo exceso de residuos que conlleva el packaging, así como del desperdicio de alimentos que implica comprar cantidades innecesarias. Por eso, decidieron retomar el modelo de venta a granel es su supermercado Original Unverpackt.
En este establecimiento se pide a los clientes que leven sus propios recipientes (botes y botellas de cristal, bolsas de tela o bolsas reutilizables de plástico) ya que los productos están expuestos en contenedores transparentes con etiquetas en las que se muestra su correspondiente información nutricional.
Este modelo, no sólo reduce el impacto medioambiental en el planeta sino que también invita a los consumidores ha realizar comprar inteligentes es decir, sólo adquirir la cantidad de producto que se va a consumir.
Nuevos desafíos, nuevos conceptos
La industria ha generado residuos durante décadas que han dejado su huella en la salud del planeta. Ahora, los diseñadores nos enfrentamos a nuevos desafíos que nacen de esta problemática y, tal vez el diseño de packaging es el que más retos tiene que asumir en este sentido.
En Aranda tenemos una visión optimista porque la investigación sobre materiales sostenibles para el diseño de envases ha aumentado en los últimos años y muchos diseñadores ya están diseñando envases de impacto medioambiental reducido.
También las grandes cadenas de supermercados han tomado medidas con bolsas biodegradables de fécula de patata o maíz que se descomponen con la exposición al aire, al agua o a la luz solar.
Ante los nuevos desafíos de reducir nuestro impacto medioambiental, han nacido nuevos conceptos como biodegradable, compostable, degradabe-oxodegradable, reciclable y reutilizable.
Todo esto, además de las políticas de Responsabilidad Social Corporativa (RSC) de las grandes y pequeñas compañías, marcarán el futuro del packaging que estamos seguros, sufrirá un cambio en los próximos años.