
El rol del nombre en la identidad de marca
Lo único en común que tienen todas las marcas es que todas tienen nombre. Algo a simple vista curioso, esconde una de las claves de la creación de marcas a lo largo de toda la historia: no hay branding sin naming.
Parece anecdótico o fortuito, pero el naming es en una de las disciplinas más estudiadas en el mundo de la comunicación. Decidir cómo se llama tu marca es determinante en el éxito de la misma. Y en este artículo te vamos a explicar por qué.
En Aranda somos expertos en branding (y naming, por supuesto). Llevamos años ayudando a marcas a encontrar un nombre que les represente. La tuya puede ser la siguiente.
Definición del naming
Cuando hablamos del naming todos pensamos directamente en el nombre de una empresa. Y listo. El naming de IKEA es IKEA y el naming de Volkswagen en Volkswagen. Pero resulta que no es exactamente así.
El naming es una disciplina que se ocupa de la definición del nombre (y los nombres derivados de la arquitectura de marca). Algo así como una rama del branding que se ocupa de bautizar a las marcas.
A pesar de que la idea de poner nombre a una marca puede sonar arbitraria, lo cierto es que el naming se apoya en toda una ciencia detrás de cada decisión. Una serie de criterios y reglas comprobadas.
Y no es para menos. El naming es uno de los componentes del branding más cruciales hoy en día. Una de las decisiones más importantes a tomar.
La importancia del naming en el buen branding
A buen entendedor, pocas palabras bastan. Y para un buen branding, no hace falta tener que explicar demasiado con muchas palabras. Con un buen nombre debería ser suficiente.
Parece algo banal, pero el nombre de una marca es, en muchos casos, la clave de su éxito (o su fracaso). Con un par de letras, muchas han sido capaces de construir historias que les han llevado a lo más alto.
Pero… ¿por qué? ¿Cuál es el potencial del naming? Te explicamos cómo un nombre tiene el potencial de cambiar la percepción del público sobre tu marca:
Clave para la diferenciación en el mercado
Seguramente te acuerdes de algún nombre de tus compañeros de colegio. Seguramente sea ese nombre raro que al pasar lista hacía que todos se dieran la vuelta.
Pues eso es exactamente lo que pasa con el nombre de tu marca. Si lo escoges bien, podrás asegurarte de que todos se den la vuelta cuando lo oigan. Y con un poco de suerte, de que lo elijan.
Piensa por ejemplo en Apple cuando arrancó en Estados Unidos. En un mercado con nombres plagados de neologismos, nació una marca que literalmente significa manzana. Seguro que, por lo menos, despertó curiosidad.
Gran potencial narrativo
Los nombres cuentan historias. Si te llamas Javier y tu padre, tu abuelo y tu bisabuelo también, ahí hay una clara historia familiar. O si te ha tocado llamarte Kenya por el viaje de novios de tus padres, también tienes la tuya.
Toda marca que se precie tiene algo que contar. Pero no es fácil contarlo todo a través del branding. Y aunque con una palabra es prácticamente imposible decirlo todo, sí se puede empezar a decir algo. Por poco que sea.
Seguramente conozcas la marca Patagonia. Iniciativas ecológicas, responsabilidad social, productos sostenibles… No es fácil explicar eso con un nombre. Pero sí puedes arrancar la conversación mencionando la región sudamericana donde arrancó todo.
Ayuda a la memorabilidad
Sí, algunos somos malísimos para los nombres. Pero incluso para nosotros, existen algunos que no podemos sacarnos de la cabeza. Ya sea por su particularidad o las asociaciones que hacemos con ellos, son como pegamento.
El naming corporativo es clave para afianzar todo el trabajo que hay detrás del branding. Un buen nombre puede ayudar a que la identidad visual termine de calar en la mente del consumidor. Es la llave para construir la disponibilidad mental de tu marca.
¿Cuántas marcas amarillas conoces? Muchas. Pero si te pusieran ese color delante y te dijeran que pensaras en una, ¿cuál dirías? Pues su nombre ha sido determinante para que recurras automáticamente a ella.
Cómo debe ser el nombre de una marca
No existe una fórmula para dar con el nombre correcto para una marca. O al menos en Aranda no la hemos encontrado. Pero lo que sí hemos visto en nuestros años de experiencia es un patrón en todos los casos de éxito de naming.
- Nombres únicos – Es la clave de la diferenciación. Toda marca debe conocer su entorno competitivo y alejarse, en la medida de lo posible, de estrategias de naming cada vez más homogéneas.
- Nombres fieles a los valores de marca – ¿Qué dice tu nombre de ti? Cambiarse de nombre si no sientes que este te representa está a la orden del día en el branding. Y es muy recomendable.
- Nombres que llamen la atención – Conoce bien a tu público objetivo y conecta tu nombre con su imaginario. Si la historia que cuenta tu marca está pensada para ellos, ponle un título que les diga algo.
- Nombres que no complican las cosas – Lo primero, que sean fáciles de recordar. Lo segundo, que se lo pongan fácil a tus consumidores. Ten siempre en cuenta la realidad lingüística del mercado y los riesgos de las malinterpretaciones.
En Aranda sabemos que no es fácil encontrar un nombre que lo diga todo sobre tu marca. Pero como agencia experta en esto del naming (y el branding en general), sabemos cómo ayudarte.
Si necesitas entender bien a tu público, descifrar el imaginario de tu marca, dar con una opción sonora y registrar el resultado del proceso, somos a quién estás buscando.
Por cierto, nos llamamos Aranda por el fundador de la agencia. Él se llama Alberto Aranda.